La inestabilidad política, económica y social ha sido el telón de fondo de las elecciones, que en la segunda vuelta triunfa el candidato de la extrema derecha Javier Milei (La Libertad avanza), sobre el candidato derechista del partido peronista, Sergio Massa, triunfo que no estaba justamente cantado a decir de todos por los comentarios alrededor del debate electoral, en la que Milei, aun habiendo retrocedido en su retórica y propuestas, en la segunda vuelta, no salió mejor parado en el debate.
La burguesía hizo bien su trabajo al ganar las mentes y anhelos del pueblo, capitalizando años de hartazgo, por problemas persistentes y falta de futuro, con los anteriores gobiernos de derecha variopinta que pasaron por la Casa Rosada.
Milei, acuñó algunas frases manidas “cambios estructurales”, “volver a ser potencia mundial”, “libertad” que le dieron resultado.

La inflación, ese flagelo para los bolsillos populares, es decir de quienes trabajan y viven para el día a día, es consustancial de la dinámica de la economía capitalista, no un invento o fórmula de izquierda, como la prensa suele propalar y principalmente las corrientes políticas de derecha lo toman como su plataforma contra el socialismo. Es el tema piñata del gobernante de extrema derecha.
En suma, Argentina hace décadas sufre por la desindustrialización, déficit fiscal, restricciones externas, inflación, que han ido acogotando la economía y al país gaucho, frente a ese panorama, electoralmente el discurso del liberalismo libertario, caló en la sensibilidad y decisión mayoritaria del electorado, para votar a favor de los libertarios, como panacea a los problemas que vienen sufriendo por décadas.
Pero la solución propuesta con bombos, platillos e insultos, realmente no da para satisfacer las demandas e intereses del pueblo argentino.
Como en otras latitudes, son los sectores de la gran burguesía y su socio principal el imperialismo, los que saldrán contentos con la solución a los problemas del capitalismo subdesarrollado argentino.
El actual Presidente Milei, sigue y seguirá usando la palabra “libertad”, entendida de la forma vulgar, supuestamente como el hacer y deshacer sin parámetro alguno, cuando realmente no hay libertad en abstracto sino que ésta se entiende, manifiesta y practica dentro de realidades económicas, políticas, sociales y culturales determinadas de una época dada y un país en particular.
Su programa de reformas del gobierno de Milei, son reformas contra los derechos laborales, económicos y sociales. Ello ha tenido una primera repuesta de rechazo que fue masiva y ciudadana el 24 de enero con el paro que levantó a toda la Argentina digna y soberana, y cuyas consecuencias de cuánto puede avanzar Milei a favor del gran capital o el pueblo defender el pan, la libertad y el bienestar, seremos testigos de ahora en adelante.

por ootro lado, no olvidar el que achiquen o agranden el estado, siempre ha sido potestad y pan de cada gobierno que se ha turnado en la administración del estado burgués; sin embargo, la ineficiencia, falta de transparencia, mediocridad para atender a la ciudadanía y menos aún la incapacidad del Estado capitalista de resolver los problemas del país, golpea primero a la gente de a pie, que es aprovechado, en el caso de Argentina, por un personaje que ha hecho de la demagogia y bravuconada, su mejor argumento.
La crisis económica, la falta de libertades, la explotación del trabajo asalariado, ciertamente, no serán resueltas por las viejas formulas libertarias, que más tienen de ruido que de concreción de políticas efectivas a favor de los trabajadores y para el desarrollo y soberanía Argentina.
No es casual que su Ministro de Economía Luis Caputo, después del contundente Paro Nacional, anunciara recortes a los presupuestos provinciales si no votan a favor a la totalidad de medidas propuestas por Milei en el Congreso; además de los recortes ya en curso del “gasto público” y la eliminación de ministerios y despido de miles de empleados públicos, el panorama se pone más sombrío.

Tarde o temprano, tendremos a otro dictadorcillo, tragándose sus propias palabras de “libertad”, “no al estado”, “políticos corruptos” para sostenerse y aplastar a como dé lugar el creciente rechazo popular.




















y mi hermanita, aun adolescente.
